Hace 6 semanas el pequeño Aden de 3 años llegó a los campamentos de Dadaab a punto de morir. Caminó durante 25 días y perdió a su madre. Hoy, gracias a los intensos tratamientos, Aden está totalmente recuperado y juega junto a su padre, Abdile. "Estaba muy mal, estaba muy deshidratado, tenía vomitos, diarrea y tos." Afirman los enfermeros. Su padre, Adile, no se separó ningún momento de él. Los médicos y nutricionistas se ocuparon de él proporcionándole alimentos terapéuticos.

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